Mi introducción al Rock... y a la música
1. Una historia casi sin Rock
Me parece que el título ya deja en claro que mi relación con la música durante el transcurso de mi vida ha sido escasa, por no decir casi nula, y que recién me estoy introduciendo en ella. Siempre fui una chica muy reservada respecto a este tema y me limité, recién durante los dos últimos años, a tener en el reproductor de música de mi computadora algunas canciones que yo considero más “tranquilas” para escuchar, además de la música clásica que me ayuda en momentos difíciles de estudio y que me acompaña durante la escritura.
Siempre tuve contacto con la música, eso no lo voy a negar, pero tampoco voy a dejar de decir que fue más que nada por “obligación”. Si alguien en mi casa ponía música yo la escuchaba, pero nunca por voluntad propia. Cada tanto, en el trayecto de mi vida pasaba un Beatle por aquí y un Queen por allá, pero nunca mucho más que eso.
Sin embargo, se me ha pedido que escriba sobre mi vaga relación con el Rock. No encuentro mucho para decir al respecto más allá de lo ya dicho unas líneas más arriba, por lo que me pareció oportuno tomar la sabia sugerencia que me han dado al momento que mencioné mi pequeño inconveniente para escribir sobre el Rock y sobre mí en simultáneo.
2. Una canción de Rock
“…en la vida hecha ajedrez
nunca el peón se come al rey…”
Casi estatua
Divididos, 2000
Imaginar la vida como si se viviera en un tablero de ajedrez me lleva a pensar en una vida en la cual cada individuo tiene una especie de función y ciertas limitaciones respecto a lo que puede hacer y lo que no. En una vida hecha ajedrez los individuos responden a lograr el bienestar de un “superior” pudiendo realizar sólo ciertas jugadas en la vida y aún arriesgando la propia, pero nunca la del rey a cuya seguridad nunca se deja de apuntar.
Entre las definiciones de estatua del diccionario de la Real Academia Española se encuentra una que hace referencia a quedarse paralizado por el espanto o la sorpresa. En esta vida “ajederezada” las personas juegan a ser estatuas en un sentido no tan literal de la palabra y a seguir un camino constante y sin cambios. Cada uno sigue siendo quien es sin cuestionar su propio comportamiento y sin importarle llevar una vida tan limitada.
Esta inmovilidad me lleva a plantear la idea de que un miembro de éste tablero jamás podrá superar a su superior. Porque por más que suene redundante creo yo que siempre existe en las personas el pensamiento, por más vago, mínimo e inconsciente que sea, de algún día poder progresar y llegar a obtener un puesto, un lugar, que cotice más alto, que posea más valor y que demuestre más poder. Lograr esto es difícilmente posible en sociedades en las que los miembros están habituados a pensar que la vida es simplemente la que tienen y que eso no puede cambiar. A su vez sucede que hay personas que se consideran incapaces de mejorar ellos mismos y que piensan que si otro los “superó” es porque debe estar más capacitado o ser más “apto”. Es así que continúan con sus vidas resignados y resentidos con la sociedad en la que viven.
Al detenerme en la figura y el diseño de un tablero de ajedrez logré acercarme al contexto de la racionalización de la existencia planteado por Weber. En este mundo de ajedrez, cada pieza, cada individuo es un engranaje más que ayuda al funcionamiento de todo el sistema y del cual es necesario que cumpla la función que le fue asignada para así evitar cualquier inconveniente que pueda llegar a alterar el rumbo y la actividad del mismo.
3. Una piedra en el camino
Tengo que confesar que me desvié un poco de la idea de la sugerencia que me había sido dada, aunque logré seguirle el hilo. Ésta suponía analizar una canción de Rock y, entre otras cosas, escribir sobre su relación con la sociedad y algún momento histórico por el que la misma haya pasado.
Y todo comenzó con ese propósito, aunque terminó en un análisis, sin ningún planteo histórico, de algunos versos de una canción. Pero no de una canción cualquiera, sino de una de Rock. Y no de cualquier grupo, sino de uno del que sólo estaba al tanto de su existencia y nombre y cuyo contenido desconocía.
Por eso, aunque el Rock en sí pudo haber sido una piedra en mi camino que provocó un desvío en mi texto debido a mi ignorancia sobre el mismo, éste continuó girando en torno al Rock y a la sociedad y me permitió conocer y acercarme más a este tipo de música; nuevo para mí, aunque viejo para otros.
4. Una piedra para el futuro
Considero a este texto como la base y el inicio de mi relación formal con el Rock a través del cual logré conocer y familiarizarme más con este estilo. Éste es fundamental para así algún día poder escribir sobre lo que en un principio me fue solicitado y relatar este momento como el comienzo de una historia que no existía hasta el momento: la del Rock y yo.
Ivana Goren - 6 TIC "B"